ELLOS Y SUS MONOSÍLABAS

(muy cierto y educativo)

y

UNO DE LOS TANTOS errores comunicativos entre las parejas es la interpretación de lo que el otro dice. En esta interpretación ponemos todo tipo de descifrados adivinatorios que están teñidos de nuestras creencias y nuestras necesidades internas inconscientes de escuchar "lo que queremos escuchar", y no necesariamente lo que el otro me está diciendo.
Hablamos entre nosotras de lo difícil que es entender a nuestros hombres, y ellos de lo complicado que les resulta dar en el blanco cuando hablan con sus mujeres... y saberlas interpretar.
Es cierto que existen diferencias de expresión, verbal y no verbal, entre mujeres y hombres, pero no tenemos ni manejamos bien las herramientas para comunicarnos con ellos y ellas de manera clara y fluida.
Nuestros hombres suelen ser muy escuetos y, salvo algunas excepciones, las respuestas monosilábicas son sus favoritas, encerrando todo un pensamiento o emoción en una sola palabra. Por otro lado, tienen dificultad para expresar sentimientos y emociones, utilizando bastante poco sustantivos y verbos que sirven para expresar estos estados. Así, dan mucha menos información emocional de sí mismos y, en general, son evitativos de conflictos cuando el tema gira en torno a los afectos.
Muchas veces sus mensajes no verbales no coinciden con sus verdaderos sentimientos, y nosotras, que somos mucho más detallistas y observadoras del lenguaje no verbal, nos apegamos a sus gestos, silencios, miradas, tonos de voz, etcétera, y dejamos en segundo plano el mensaje verbal, ya que para nosotras la comunicación sigue otros códigos.
Pero el ser tan sensibles a estos aspectos nos hace vulnerables a las malas interpretaciones y luego nos lamentamos de no habernos basado en lo que verbalmente nos estaban asegurando, sintiéndonos decepcionadas y engañadas. Pero, ¿fuimos realmente engañadas o simplemente no escuchamos el mensaje?
Un ejemplo de esta conducta interpretativa es cuando un hombre nos dice, en un tono amable, cercano y amoroso, con una mirada lánguida y enamorada, que nuestra relación no tiene proyección y que no esperemos ningún tipo de compromiso. Pero, como estamos tan centradas en la forma, interpretamos y nos quedamos con la sensación de amor y cercanía y nos entregamos a la fantasía; total, la relación marcha "viento en popa" y las llamadas y mensajes telefónicos fluyen diariamente, hasta que nos enteramos que "salía con otra también", o de pronto sólo nos dejó de llamar.
En muchas mujeres y hombres existe una necesidad insatisfecha de sentirse amados y elegidos como pareja. Cuando existe esta necesidad suele ocurrir dar rienda suelta a la imaginación y a la interpretación de cada signo a favor de cumplir este deseo.
Comunicarse implica no sólo hablar, sino que tener la habilidad para que el mensaje que damos llegue al otro tal cual queremos que se entienda. El hombre debe tener claro que las mujeres entienden desde "cómo ellas hablan", donde es más importante el cómo dicen las cosas que lo que dicen. Por ejemplo el "no", si no es enfático, probablemente sea un "sí" camuflado. Por lo tanto, mejor es preguntarle qué opina de lo que le dijimos y cómo le llegó el mensaje, y si constatamos que entendió otra cosa volver a aclararle el punto.
Por otro lado, el saber descifrar lo que nos tratan de comunicar implica no sólo quedarnos con la forma del "cómo lo dice", sino que realmente escuchar lo que el mensaje verbal encierra, ya que el hombre es más preciso y adorna menos las palabras.
Ahora bien, claro está que también existen individuos que son "estafadores emocionales" y que sí manejan los códigos comunicativos del género opuesto. Estos son los más peligrosos ya que tienen la habilidad de expresar lo que saben que el otro quiere oír. En estos casos es necesario estar alerta y confrontar palabras con conductas para no equivocarse. Mas todos estamos expuestos... lo importante es tener claro quiénes somos, qué queremos y hacia dónde vamos, para que los tropiezos no acaben con nuestra autoestima.

(sacado de revista Mujer hace un par de semanas)