1.18.2007




La sombra del amor…




Un hombre, casado pocos años atrás, se lamentaba ante el jardinero de las dificultades en su matrimonio.

Al principio todo había ido bien. El primer año después de la boda los esposos se habían dado todo el amor y la ternura que en sus tiempos de noviazgo ya habían compartido. Pero, incomprensiblemente, la relación entre la pareja había ido deteriorándose más tarde hasta llegar a un punto en que el amor que se profesaban se había convertido en rechazo y distanciamiento.

-Hay momentos en que creo que la odio- le dijo el hombre al jardinero-, y creo que ella también me odia.

-¿Cómo puede convertirse el amor en odio?- preguntó el jardinero.

El hombre guardó silencio.

-¿Has pensado que quizá lo que sentíais no era un amor puro y verdadero, sino simplemente el sentimiento surgido de la mutua complacencia y gratificación?- volvió a preguntar.

El hombre miraba al suelo.

-En verdad que ahora no lo sé.

Loa dos hombres paseaban por el camino de los tilos, sobre una alfombra de hojas rojas que acompañan con su murmullo los silencios de su conversación. El jardinero insistió en sus preguntas.

-¿Qué es lo que buscabas cuando te casaste con ella?

-Buscaba la felicidad- dijo resueltamente el hombre-, y pensaba que la podría encontrar viviendo con ella.

-Ahí está el error- dijo el jardinero pausadamente-. Durante los años de noviazgo os habíais complacido en todo mutuamente, y llegasteis a haceros una imagen idealizada cada uno del otro. Pensasteis que, una persona con tantas virtudes, os podría hacer feliz toda la vida, y no quisisteis ver la realidad de que delante teníais a una persona que no sólo tenía virtudes, sino también defectos. No visteis la sombra.

Con el tiempo, y la convivencia, esa sombra apareció, y ahora os habéis situado en el lado contrario, en donde solo veis los defectos y no las virtudes.

-Si. Parece que nos ha ocurrido algo así- dijo el hombre cabizbajo.

-Vuestro error ha estado en haber buscado la felicidad cada uno fuera de sí mismo, y no en su propio corazón- continuó el jardinero-. Si hubieras buscado la felicidad en el mismo sentimiento de amor que llenaba tu corazón, tu amor no habría estado a expensas de sus virtudes o defectos, sino que habría crecido en comprensión y ternura hacia las faltas que, como todo ser humano, tiene tu compañera.

Y así, os habríais transformado mutuamente uno a otro. No a través de la exigencia y el reproche, sino a través del amor firmemente instalado en vuestro pecho.

El hombre empezó a comprender que quizás había un rayo de esperanza por su situación.

-Entonces- dijo -¿qué puedo hacer ahora?

-Busca la felicidad dentro de ti mismo y no esperes que sea ella la que te la proporcione, porque a nadie le puedes exigir que te dé lo que tú mismo debes conquistar. Busca el amor que en un tiempo sentías en tu corazón y encuentra tu complacencia sólo en él, y no en el amor que ella pueda sentir por ti. Y absorbe la vida por todos los poros de tu piel, tanto si es plácida y venturosa como si es dolorosa y triste, porque en la aceptación total de la vida, con sus días esplendorosos y sus oscuras noches, se encuentra la felicidad que no pasa, la que está en buen puerto, a resguardo de tormentas y temporales.

-Lo que me dices no es fácil- dijo el hombre con una triste sonrisa.

El jardinero se detuvo y le miró con ternura.

-No. No es nada fácil- respondió serenamente-. Y necesitarás el valor de un guerrero para alcanzar el premio del torneo de la vida.
y
Un relato de la vida, un sabio jardinero, una llave para la felicidad y para el amor en pareja.
Ojalá logre integrarlo en mi corazón.
Me recuerda a un sabio consejo que me dio mi amigo Negri, quien por cierto se compromete ante Dios con su pareja el próximo fin de semana en el campo, le deseo felicidad y amor puro.
Estoy segura que él si vive el amor de esta manera.
Negri me decía que uno nunca debía perderse de su centro estando en pareja. Actitud que por cierto me resulto muy difícil estando en pareja, pero que me hace mucho sentido.
Vivir el amor y la felicidad desde ahí. Eso es parte de lo que aprendo hoy.

(Desconozco el autor, recibo esto a través de un grupo al cual pertenezco).

"Un detalle de amor vale más que mil palabras"
PAZ

No hay comentarios.: